Empecé el mes de Enero queriendo leer muchos libros y lo cierto es que leído la mitad de uno, y ya estamos a Febrero. ¿A quién puedo culpar? Podría empezar por culpar la trama del libro que estoy leyendo, pero creo que lo más honesto y real es culparme a mí misma y mi obsesión por los kdramas. Perdón pero, los besos después de una larga espera de 10 capítulos de una hora llenan mí corazón, y aún más si son bajo la lluvia, con un hermoso OST de fondo.
El último kdrama que he visto es Start Up, un drama que
sigue la historia de Dal-Mi, una chica que deja su trabajo para seguir su sueño
de abrir su propia empresa, uniéndose a la Sand Box, un programa que ayuda a
las empresas emergentes en su capacitación y formación. Ahí se reencuentra
con Nam Do San, un chico que cree fue su
pen pal hace 15 años, y con el señor Han, un inversionista que en realidad
usurpo el nombre de Nam Do San y es el verdadero autor de las cartas.
El Señor Han y Nam Do
San se ponen de acuerdo para engañar a la chica y que esta no se dé cuenta que
el verdadero autor de las cartas es el señor Han. Pero es algo que resulta cada
vez más difícil cuando Dal Mi se convierte en la directora de la empresa de Do
San, y el señor Han en su mentor. Mientras Do San se va enamorando de Dal Mi,
el señor Han se da cuenta que el también tiene sentimientos por ella, y se
desarrolla el tan conocido triángulo amoroso de los Kdramas.
Podría comenzar hablando de ello, pero lo cierto es que
Start Up es mucho más que eso. Es un Kdrama acerca de sueños, de cumplir tus
metas y de superarte. Durante 16 capítulos vemos el recorrido que hacen los
integrantes de Samsan Tech para pasar de tener una oficina en una azotea en mal
estado, con el padre de Do San como único inversionista, a convertirse en una
empresa real que busca mejor la vida de las personas con sus innovaciones
tecnológicas.
Start Up no solo tiene una trama sumamente interesante que te mantiene queriendo terminarte la serie en un solo día (aunque eso sea prácticamente imposible), sino que tiene algo mucho más importante: Maravillosos personajes. Cada uno de los personajes que nos presentan son complejos y reales, te sientes identificado con unos, aprendes a perdonar a otros, pasas de odiar a unos para luego amarlos. Todos tienen un crecimiento de una u otra manera.
La protagonista de
la historia es Dal Mi, y no sé si se deba al cariño que le tengo a Suzy, pero es
un personaje que quieres que sea feliz sí o sí. Desde el primer capítulo
conectas y logras empatizar con ella. En ningún momento resulta odiosa o
estresante.
No puedo mentirles: ame al señor Han y sufrí muchísimo con él,
pero ame más a Nam Do San y con el paso de los capítulos siempre tuve claro quién
era el chico para Dal Mi. Después de todo uno fue a buscarla al día siguiente
de leer sus cartas, y al otro le tomo 15 años. (Y ademas Suzy y Nam Joohyun se veían
súper bonito, realmente no entiendo como no se enamoraron en la vida real. Por
eso no podría ser actriz, me estaría enamorando a cada rato)
Otros de los personajes de la historia son los demás
integrantes de Sansam tech la empresa emergente de Dosan y Dal mi, los cuales
son iguales de interesantes que nuestro trio protagonista. Todos tienen una
historia entretenida y no te aburres en ningún minuto del drama.
Y por último pero no por eso menos importante tenemos a In
Jae, la hermana de Dal mi que al separarse sus padres decidió irse por el lado
de su madre, y se convirtió en la directora de la empresa de su padrastro. No les voy a mentir: comencé detestándola, no
me agrada, me molestaba. Pero al final termino siendo uno de mis personajes favoritos.
Sin duda alguna es un gran personaje.
Siempre he creído que una trama puede ser muy buena, pero si
los personajes no conectan contigo la historia no vale la pena. Para mí los
personajes son la base de la historia y en Start Up tenemos una trama de
negocios sumamente entretenida y unos personajes entrañables. Ósea lo mejor de los dos mundos.
Quisiera seguir hablando más de este kdrama porque siento
que me faltan tantas cosas por decir, pero como diría Jane Austen, “Si la amara
menos, podría ser capaz de hablar más sobre ello.”